“El escenario estaba muy expuesto a las inclemencias del puerto de Sydney, de modo que para evitar los efectos del viento era fundamental una selección cuidadosa de los micrófonos, principalmente DPA para las secciones de cuerdas y maderas, AKG 414 para los demás instrumentos y los micrófonos de diadema DPA 4066 para los solistas de la compañía Opera Australia. Pero el desafío principal era alejar las zonas del sistema PA de las formas de vela de la cubierta arquitectónica exterior de la Opera House para evitar múltiples reflexiones del sonido”. Sanderson seleccionó un sistema PA de d&b audiotechnik: “Llamamos a la empresa Jands (JPJ Audio) para que nos suministrara un sistema de la Serie J de d&b. Nuestra experiencia con sistemas de d&b en el teatro de ópera es muy amplia y muy gratificante. La calidad del sonido de d&b se manifiesta de una manera muy natural en estilos clásicos de música, con gran profundidad y calidez. Mi principal preocupación era que la Orquesta Sinfónica de Sydney (SSO) sonara con tanta precisión y detalle sónico como fuera posible. Pero el lugar impuso otras consideraciones”. Sanderson acudió a Mats Frankl, de JPJ Audio, para que colaborara en el diseño y la instalación del sistema. “Jands tiene mucha más experiencia que nosotros en la aplicación de la distintiva y estable directividad constante de los sistemas de d&b en actos al aire libre”, comenta Sanderson. “Para conseguir la calidad deseada en la experiencia de audición del público, era esencial la aplicación correcta de esa herramienta precisa”.
Todo esto no significa que fuera más fácil, como explica Frankl. “La cobertura de la plaza era el desafío más exigente: el escenario miraba hacia las escalinatas de la Opera House en un ángulo de 45 grados. Un par de clústers a izquierda y derecha de J8 y J12s bastaron para la zona de público frente al escenario, sólo tuvimos que conseguir tanta altura como permitía el rigging. Pero el público en las escalinatas del teatro presentaba más problemas, porque estaban en línea con el edificio. Fue necesario implementar un diseño distribuido con varias zonas para evitar esas reflexiones no deseadas”. Sanderson y Frankl diseñaron el campo de escucha conforme a estas consideraciones. “Se utilizaron dos torres de retardo de J12s para la escalinata principal, con un J8 de outfill a la derecha situado junto al arreglo principal de Js para cubrir un sector asimétrico del público en ese lado”, explica Sanderson. “Con una alineación temporal inteligente todo quedó muy bien ajustado. Mats y yo caminamos de un lado a otro de la escalinata, pasamos por tres zonas de alineación temporal diferentes y pudimos experimentar entremedio un agradable y preciso solapamiento de fase. El resultado fue una cobertura homogénea. Los graves se trataron exclusivamente con los J-SUB situados en el escenario. Contrario a toda lógica, lo sé, pero quedó bien: la directividad cardioide de los J-SUB apenas produjo interacción con los micrófonos en el escenario”.
Los equipos de la SOH y de JPJ sólo tuvieron seis semanas para preparar todo el proyecto y suministrarlo: “Desde un principio, se tomó la decisión de que las mezclas de FOH y monitorización las diseñaría y gestionaría el equipo de la Opera House de Sydney. Ya teníamos una larga relación de trabajo con todas las empresas que iban a colaborar en estos actos. El equipo de Mats en Jands supervisó la instalación de los sistemas de altavoces y micrófonos. También se encargaron de un área en la que están especializados, como es la gestión de los cambios entre las actuaciones”.
Además de una excelente representación de los ciudadanos de Sydney, también asistieron al concierto miembros de la familia de Jørn Utzon, el arquitecto de la Opera House, y el príncipe Federico y la princesa Mary de la corona danesa, presencias que confirman la indeleble unión entre Australia y Europa y la trascendencia internacional de la cultura gracias a la música.
Las imágenes de la Opera House de Sydney se utilizan con permiso de Sydney Opera House Trust. Fotografías de Daniel Boud.